domingo, 29 de noviembre de 2009

Era sabido

de sombra escuálida
te acercaste a este recuerdo.
me viste sonreír entre influencias estáticas.
no lo creíste y era sabido.
mi posibilidad fue tan grande
que humilló a la tuya.
No tenías que hablar
y miraste para contradecirme.
Te escondiste, mostrando tus uñas
entre un mundo y una columna,
mantuviste el horror firme,
la clemencia al pie de tus letras.
Arrepentida de olvido
buscaste encontrarme atado a tus juguetes
Y yo te encontré a vos
Con el final cantado,
que alguna vez:
te callé al oído.


jueves, 12 de noviembre de 2009

Cosas

Nadie con la posibilidad de razonar un misterio:
se quedaría de brazos cruzados.
Nadie: podría ser yo.
Yo podría ser nadie.
Pero ni yo ni nadie, podría ser alguno-
aunque algunos podrían ser muchos.
Si quisiese ser más explicito lo sería.
Y si lo fuese, podría ser que no lo quisiese.
A veces creería que supongo demasiadas cosas,
Y otras veces creo que las cosas creen más en mí que cualquiera.
A las cosas les escribo poemas,
y las cosas no agradecen, ni se emocionan.
Aunque para mí algo ocultan en su forma material,
tal vez sobredosis de sentimientos que les inyectamos- drogas - souvenirs que quedan acá-
Cosas, que son cosas, que son.
Están.
Estoy.
Estamos entre cosas.
Y la naturaleza, en su grandeza omnipotente, diosa inexplicable
si pudiese ser cosa, lo sería.
Y las cosas entre tantas cosas... sospecho: se mueren por llover.
A la naturaleza también le escribo poemas,
Y ella ni las lee, ni las siente.
Aunque dude, y vea en el tronco de esa palmera una sonrisa afectiva,
que me cuida y me mima como si fuese un nieto de mejillas gordas.
Sea como sea: es.
Es naturaleza todos los días. Lunas, estrellas, soles, flores.
Y las cosas todo el tiempo, ocupando espacios, sin ser menos,
se guardan en ella, poetiza que cada noche recita ausencias
hambre sabor a cartón y su olor de amor masoquista.
Lo hace
para que beba de sus tetas de mujer: leche que me incite a creer en lo que no escribo,
en esos suspiros famosos que cada vez dicen menos y se ocultan detrás de todo lo que soy.
Importa:
Rodeado de cosas, no las hago menos.
Las invento, las escucho y no le doy los gustos que me deben.
Igualmente se que
si las cosas escribiesen, me escribirían poemas.
Letras –arañazos de expresión que
quizás ni siquiera lea, que quizás ni siquiera sienta; yo tampoco.
Pero no me juzguen,
¿quién podría entender a una cosa siendo uno: una cosa tan distinta, siendo uno: naturaleza creadora?

De tanto gotearles mi mente,
No mire al papel que recibe mi tinta sanguínea,
Y de golpe zarpazo, la hoja se me ha puesto a llorar.
Por lo menos:
Ahora que llueves: cosa, ya no me tienes porque envidiar.


domingo, 1 de noviembre de 2009

Tu hoja

Tenes un corazón
que tiene un corazón.
Un paraguas seguido de tu nombre.

Color – colores

Tres estrellas en presencia de un arco iris
que se sintió tobogán-

Oficina mordiéndose las lenguas,
mientras
tu hoja escribe historias para mí.-


La noche es tan bella
que tiene estrellas
y vos con paraguas...

para no encandilarlas.