martes, 27 de julio de 2010

La tarde se dio el gusto




Estás muy concentrada,
haces muequitas con la boca izquierda,
me ves mirarte
te reís
y entonces los dientes te copan la boca
y hacen su revolución armada de expresión impalpable,
como el azúcar más dulce;
esos tuyos labios que me tienen re fichado
y en el tiempo que escribo
tu mano se desplazó a tu cara,
la tocó,
la sobornó,
le dio el tacto de tu mirada
completó el rostro, el plano,
la fotografía que hizo una parte alumbrada del cerebro
que no dejó pasar lo inmaculado del momento
en que la tarde se dio el gusto
de guardar su sonrisa en tu oficina
para que vos al mirar
iluminada
aceleres el motor de nuestro cohete.

El vaso de agua inquieto como el mate.
Se siente que todo el ambiente está loco por vos,
porque lo tomes
y le saques ese opaco
que cargan en tu ausencia
y el reto de que les pases cerca
y los dejes con la boca abierta,
con la narices inventándose agujeritos
para aspirar un poco más
de tu pensamiento liberado al aire,
al aire que por vos:
se ahogaría en su tierra de incomprensión.
-
Es que ¿quién puede comprender tu despilfarro de luz,
tu ternura desatada
y tus palabras condenadas a la belleza de tu pensar?

Sos una naturaleza virgen
selvática,
armónica y salvaje
que se cruza de piernas y hace bailar a sus pies
y hace bailar a mis ojos
esos que llevas
como a mis manos tu adentro,
mis manos que son la imaginación de un sueño agitador
que busca completarse en la divinidad de tu enseñanza,
y aprendo de tus rulos
que una vez decidieron viajar en tu cabeza
para ser parte de un mundo que les queda chico
ay tus pelos de leona cazadora
hembra como las maravillas
me ponés como un soldadito de juguete
al que el sol le pega a través de una lupa
y al instante siente como su plástico lo desintegra
mientras lo baña el calor
de una fuerza superior
capaz de transformar su estado,
(de sólido a no sé qué)
pero me derrito
una y otra vez
pedazito de algo
que pondría un tema de Alpha Blondy
para sacarte a bailar
por estos renglones
figuritas repetidas
de un sol de invierno tibio
que pasa sus días
acariciando retazitos de un viento
que nos peina para la foto.



“El poema lo tenés encima.”

Me mirás.





Fotografía: Ángela Pereira

viernes, 16 de julio de 2010

Corazón a la misma altura

Acostados
uno al lado del otro
corazón a la misma altura
pechos agitados
me doy cuenta que respiras mejor que yo;
tenés más swing al exhalar,
a mi como qué me sale rengo.

.

Mirás mis ojos
te acercás
saltás a buscarme
salpicás un poco
y te hundís
y ya estás nadando
llevándome a lo más alto de tu boca
lugar
sabor
donde el beso mendigo

amasa su corona.



miércoles, 7 de julio de 2010

Mientras lo escribimos

´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´


Las horas no pueden ponerle tiempo a nuestro encuentro.
Los minutos se hacen pis encima,
las agujas no giran, ruedan
y el reloj se vuelve un cielo ansioso
que espera nuestros besos,
el abrazo de los labios
el apriete de los cuerpos
(insaciables)
que se prepotean,
que se chamuyan,
que se dicen amor.

Más arriba nuestros ojos enfrentados
son guerras armadas de paz,
tiroteos dulces de los cuores que usamos para mirarnos,
batallas de antojos a punto de darse el gusto,
esa pasión que explota sin permiso de las venas
haciendo de la sangre:
sensación alienígena que nos incendia el pecho
y nos empapa a troche y moche.

'

La vida se nos hizo un cuento
que nos hace mientras lo escribimos.
.
Ahí adentro
jugamos a las sonrisas
a decirnos todo sin pestañar
a caminarnos los pasos entre calles perdidas
mientras a la par sentimos que no hay testigos
capaces de comprender nuestro infinito.

Las hojas vuelan
nuestro beso entre las rejas
todavía nos observa siendo llevados por la locura
que hicimos de nosotros.
Entre lo que deseo y lo que puedo
pienso y absorbo
el relucir poderoso de las fantasías,

que nos dan las gracias.




El cuento reluce moraleja:
el que ama, crea.


´´´´´´´´´´