domingo, 7 de agosto de 2011

El poeta está desapareciendo

*


La soledad me anda buscando
quiere que escriba un poema,
dice que me extraña, que no soporta no verme a llanto largo,
despotricando en mi espesa niebla de confusión interior.
Tampoco soporta no verme disparando con fuerza ciega
esa queja inteligente y bien justificada,
decorada, filosa y sedienta queja intolerante
que tanto se ha movido en mi boca con soltura magistral,

noches donde borracho y herido sangraba frases que buscaban venganza, vengarme del mundo, de su sistema egoísta, superficial y asesino, vengarme de mi insatisfacción por todo lo que no podía tener, ni entender,
como si no tuviese todo lo que necesito.
Ya no tengo odio, ni rencor,
no tengo ganas de pegarle al mundo como lo he hecho a menudo,
ni de pegarme a mí,
ni de enamorarme a mí intentando enamorar a mujeres y mujeres,
como tan fanáticamente me he dedicado en mi ego grande de boca de tiburón, de brazos de mono,
ni lo que siento por Ángela puede tener traducción a poema,
como querer materializar el infinito o vestir al amor,
todo intento es ridiculizarlo,
una imposibilidad de la expresión limitada por la inmensidad del sentimiento,

y es que el poeta está desapareciendo,
como desaparece un dolor,
como cuando el humo se eleva por sobre las cenizas,
estamos perdiendo el bardo, comandante,
mi revolución de grito alzado
anda silencioso, agradecido, convencido en su paz de aceptar
que el tiempo ya no pasa,
que la felicidad te vuela del terreno
donde se fluctúan las incógnitas y las preguntas,
donde no se busca el orgasmo porque ya vivís en Él,
y el sentido de explayar mis sustentos
va bajando su volumen

y es que prefiero que me escuchen menos y me vean más,
la verdad en mi accionar de cada día como prueba ineludible
de que estoy en la paz del mundo que sueño,
en la perfección de la construcción que genero al ser auténtico con mi actitud bondadosa,
ya no quiero esas palabras acomodadas en renglones que anestesiaron tanto puñal en mis entrañas
y ya no pretendo tener letras para expresar lo inexpresable de este estado de amor incondicional en el que gravito los segundos con conciencia plena de existencia divina,

si convierto la caída en vuelo, no hay manera de que duela el suelo,
no hay forma de tener miedo,

no voy a necesitar poema en el cual refugiarme,

el tumor inflamado lleno de pus está cicatrizando con mucho amor,

con ese amor es que lo saluda mi ser, querido Bubón,

entienda que los milagros no se dejan escribir,
que las pruebas han sido superadas,
que el poeta está desapareciendo
y que no hay por qué sufrir.


*



El camino me abarca
aunque puedo caer,
entonces será
levantarme y aprender,

y si en mi fluyen los poemas
pues aquí los traeré
pero no esperen penas
porque no me rendiré.


Gracias por su lectura,
mis saludos.


*