lunes, 1 de junio de 2009

Mi fruto

Te molestas,
distancia que deja crecer aire al zanco largo de tu belleza
Porque lo quieres, y la semilla es tu herramienta
Mi fruto, el que devoré y planté en mis entrañas
para que te hagas inmensa
Hechas raíz, te expandes al pubis
y no envenenas.
Careces de frente.
Olvidas a sus espaldas rancias
y no logras,
sabrás de imposible asunto, en un algún punto, en el tuyo-
Astuta mediante cordura bien disimulada,
autentica, de rostro fingido adherido a caras,
secas al alma,
amagas,
escapas de cada sombra rebelde que se refleja de ayer.
En mi espacio me libero de tu absoluta entrega buscando lo contrario,
abrazando a escondidas un deseo,
rogando que si te rascas no me hagas sangrar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

habrá que sangrar por alguna buena causa, rascarse es poco

Mar dijo...

rascarse el alma
que pica de encierro de lana
en estos inviernos tardios.