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Me razono King Kong,
¿No miran mis ojos acaso?
¿No ven?
Los disparos,
su barbarie uniformada de gris muerte tiñendo de rojo sangre su letargo.
Interrúmpanse en mí –adentro: soledad inmensa descargando emociones.
Sólo sus gritos, mi furia, llanto en desahogo iracundo.
Blanco de negro,
trepo,
miro por encima de sus cabezas,
caeré
y
palmaré como ese mono tierno tildado de bestia por las bestias.
jueves, 28 de mayo de 2009
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2 comentarios:
¡Me gustó mucho este texto! Bueno, también encontré algunos otros totalmente dignos de elogios, buen blog. Yo estoy no hace mucho, pero algo hay :)
Saludos!
Será que uno no puede con su naturaleza... como evitar poner el pecho a las balas, como dejar de pararse del agresor, como ese tipo delante de los tanques!
La semana pasada me pare delante de un puto colectivero, que siguió de largo y paró a 15 metros en el semáforo, porque se le cantó. Le golpee la puerta, le preg., le reclamé y ante la decidia del tipo, me pare delante del colectivo, para ver si se animaba a pasarme por encima.
Yo estaba con mi hijo, y después de que todos los autos por Cabildo nos pasaban al lado, desistí solo para salvaguardar a mi hijo.
Pero de lo contrario no me movía.
Ése tipo estaba ahí, parado sin abrir, sin contestar, pero sin arrancar... sabés que? Tuvo miedo, tuvo miedo de una mina con un crio en la mano. Porque de lo contrario, abría y me pedía disculpas.
Pero ahora estoy tratanto, solo intentanto, registrar cuando me agraden porque sí (estos dias fueron terribles) y entender que esa agresión no la merezco y por tanto "no la tomo", no la devuelvo y solos cada uno se fue anulado al ver que no acusé recibo.
Quiero pelear por molinos de viento que valgan la pena!
Te quiero, Mar
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