Tiempo que se presenta,
vestido -
pasa.
Deja esa mirada, esas otras,
sonrisas que se pegan a la frente despertando a mi conciencia de su siesta,
conciencia que con imprudencia se dedica a pensarlas.
Serán pan mientras me beba otro Syrah,
Serán pared mientras se esfuerza un “nunca más”
Serán suertes mientras nos llega algún final.
No faltará esa postura: ESPADA-yo-PARED.
mi lengua diría:
“Acomódate preciosa, leerás mis poesías, rendida: las escribirás, forzaras besos al aire, darás vueltas en mi agonía y –caradura- el sueño, nos hará soñar. A vos y a mí, de mí, en mí, por nada más que mí.”
Soñé, embarré, me creí el cuento de lo eterno.
Sigo:
“No te rozará mi deseo, ni mi pensamiento dibujado de perfume,
Quizás algunos destellos –pioneros- que podrían abrir tu fuego en dos.”
Es claro y absurdo, pero es.
Y nadie me saca del imaginario que en el cruce de nuestros ojos
un tiempo divino se puso a llorar.
Frenas a esperarme, mientras te arrastra tu vergüenza.
Pena para los dos, pena para compartir.
“Y no te alcanzaría un corazón, silueta,
para guardar mis lagañas envenenadas de canción,
como no me bastaría la miga de tu vista para alimentarme la razón.”
De contramano, como la sobredosis de caricias que escondió ELLA junto al amor, avanzando a saltos largos: - te veo llegar.
-Al saludar y al “tic-tac” ansioso de mi beso,
solo el sabor frustrante de mis mejillas te llevarás...
te llevarás, silueta:
sabor para ocultar-
domingo, 30 de agosto de 2009
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1 comentario:
Y cuantos nos creimos el cuento de lo eterno?
Sumame a la lista!
Hermoso lo q escribís, bellísimo.
Beso! (:
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