Una madrugada te diste a mis piernas,
a mis caricias
de manos hambrientas,
de dedos ansiosos, de huellas fuleras.
Sin saber, sin creer, sin avisar
te empecé a cuidar.
Te cuidé del afuera, de sus risas,
y sus penas.
Te cuidé con mi prepotencia haragana
con mi inocencia frustrada
con mi huesuda conducta.
Te cuidé de aquellos,
de ellos, del resto.
Te cuidé de día, del día,
de la noche,
y de a ratos mediocres.
Te cuidé del cielo y de la tierra,
te cuidé del llanto y de la niebla,
te cuidé del frío y la penumbra,
de la tragedia y la comedia,
de mis idas y tus vueltas,
de tus pulgas y mis guerras.
Te cuidé de las cenizas,
te cuidé de las noticias,
te cuidé sin saber, sin mirar,
ni predecir,
que te cuidaba de todo,
menos de mi.
miércoles, 17 de junio de 2009
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6 comentarios:
estas colerico, busca la luz
aquí hay sentimientos que nacen del alma, aquí hay poesía.
Tiene luz propia!
IM-PRE-SIO-NANTE. sin dudas el mejor.
se sintio, pegó y dolió.
un abrazo gigante.
el aleman
Belisimo todo cariño:la verdade que son muy bellos ,me han gustado más aún cada uno de ellos expresan cosas muy profundas !!!!
Besos amor cuidate!!!!
aha
hhh
TU ERES DE SUD AMERICA,TANTA DEPRESION ,TANTA IDIOTEZ ES SUDACA,SEGURO QUE ERES DE ARGENTINA. QUE VIVA ESPAÑA Y ROCHA
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